La eliminación de la prohibición de conducir para las mujeres saudíes crea, finalmente, nuevas oportunidades de empleo.

Las mujeres de Arabia Saudita han conseguido otra importante libertad: por fin pueden conducir. Hasta el 24 de junio de este año no se les permitía hacerlo bajo ninguna circunstancia. Ahora que se ha levantado esta prohibición, pueden moverse con mayor libertad y espontaneidad, lo que sin duda les aportará beneficios dentro del mercado laboral. Sólo el 22% de las mujeres en Arabia Saudita se encuentran empleadas actualmente, en comparación con el 77% de los hombres. Si se compara este porcentaje con el resto de los países árabes, la proporción de mujeres trabajadoras en Arabia Saudita se muestra especialmente baja. En los Emiratos Árabes, por ejemplo, se encuentran en activo el 47% de las mujeres, mientras que en Qatar la cifra llega hasta el 58%.

La economía también se vio afectada por la prohibición de conducir. Por un lado, las mujeres no podían llegar hasta muchas de las ofertas de empleo, haciendo imposible su contratación. En segundo lugar, los hombres se ausentaban con frecuencia del trabajo, para poder transportar a sus esposas a un determinado lugar. Las ciudades de Arabia Saudita son muy extensas, por lo tanto, caminar o montar en bicicleta rara vez es una opción. Al mismo tiempo, la red de transporte público todavía necesita ampliarse considerablemente. Quien tuviese la opción, podía permitirse un chofer, ya que a una mujer sola no se le permite subir a un taxi con un conductor desconocido. Pero como este lujo no estaba al alcance de la mayoría, transportar a su mujer era una razón legítima para ausentarse del trabajo.

Del porcentaje de mujeres que realmente se encuentran en búsqueda activa de empleo, el 32% están desempleadas. El desempleo juvenil es de alrededor del 40%. Paradójicamente, las mujeres saudíes tienen, en promedio, mejor nivel educativo que los hombres, especialmente en ciencias naturales. A raíz de que ahora las mujeres pueden ponerse al volante ellas mismas, han surgido una serie de nuevas oportunidades de empleo. Los negociantes ya han descubierto nuevos filones: las empresas de alquiler de vehículos promocionan formación y empleo para mujeres; y una compañía de seguros ya ha capacitado a algunas inspectoras de accidentes. Por último, pero no por ello menos importante, desde principios de este año les está permitido a las mujeres prestar servicio militar, en cuyo caso la posibilidad de transportarse facilita el cumplimiento de sus funciones. Adicionalmente, el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Social decidió en abril de 2018, que en muchas zonas comerciales solo ciudadanos saudíes tienen permitido trabajar. Se trata, por ejemplo, de locales como relojerías, tiendas de muebles y decoración, ópticas, tiendas de electrónica y panaderías. Este reglamento también se aplica a los comercios de piezas de automóviles. Dado que estos sectores comerciales siguen teniendo una gran demanda de personal, ahora las mujeres también pueden cubrir muchos de estos puestos de trabajo, ya que tienen la posibilidad, por ejemplo, de visitar a los clientes o entregar mercancías, entre otras muchas cosas.

Sin embargo, a día de hoy persisten algunos obstáculos. En principio, las mujeres y los hombres pueden trabajar juntos, pero existen condiciones especiales para los lugares de trabajo comunes. Se deben proporcionar baños y zonas de descanso separados, así como un sistema de seguridad. El problema es que muchos empleadores no están preparados para remodelar sus edificios, los cuales han sido concebidos por mucho tiempo sólo para la fuerza de trabajo masculina.

Desde el punto de vista jurídico, Arabia Saudita ha allanado el camino para aumentar la tasa de participación de la mujer. En principio, el tutor masculino de una mujer debe autorizar todas las decisiones importantes. El tutor masculino suele ser el padre o el esposo, pero en algunos casos, incluso el hijo puede asumir esta función. Las mujeres no pueden por decisión propia salir del país, salir de la cárcel o casarse. Por otra parte, desde el año pasado, las mujeres ya no necesitan aprobación para iniciar un negocio, pueden servir en el ejército, abrir cuentas y también solicitar servicios públicos. Estas decisiones forman parte de la visión para el mercado de trabajo saudí, es decir, lo que se aspira conseguir en este ámbito de aquí hasta 2030. El plan incluye, en gran parte, la toma de medidas e intervenciones para aumentar la proporción de mujeres en el mercado laboral. Legalmente una mujer no necesita consentimiento para trabajar, pero desafortunadamente, suceden a menudo casos en los que los empleadores exigen el consentimiento del tutor.

El hecho de que el porcentaje de mujeres empleadas sea tan bajo, se está convirtiendo en un problema cada vez mayor para Arabia Saudita. Su economía se encuentra en auge y por lo tanto experimenta una transformación importante. Hasta ahora las necesidades de mano de obra se han satisfecho con trabajadores extranjeros. Mientras que un gran número de los puestos de trabajo disponibles se asignan a ciudadanos extranjeros, solo 5,6 millones (de un total de 11,9 millones de empleados) son saudíes. Al mismo tiempo, la economía depende en gran medida de la industria petrolera, la cual genera casi el 45% del PIB real. En general, el mercado laboral es muy homogéneo, con el 67% de los saudíes trabajando para el Estado.

El Ministerio de Trabajo y Desarrollo Social ha reconocido que el mercado laboral saudí necesita una transformación fundamental, ya que en gran medida las dependencias y el potencial sin explotar determinan cada vez más la economía. Dicho potencial ha sido particular y finalmente reconocido en las mujeres saudíes, especialmente a través de su buena formación. Y en definitiva, ahora las mujeres pueden ponerse a trabajar.